La autora nos presenta un libro práctico, tal como lo exige esta colección, con especial dedicación a los litigantes y a los jueces para que mejoren el modo en que litigan. Litigar es el centro de un sistema que se toma en serio los intereses en juego. Y el litigio de segunda instancia, tan olvidado, tiene características propias, que van de la mano con las especialidades de las audiencias de litigio propias de las revisiones del caso. En primer lugar, las presentaciones de los recursos, su fundamentación en escritos requiere una precisión que permita a los jueces que asistirán a las audiencias conocer con precisión el objeto litigioso. (...) Por otra parte, el litigio de segunda instancia tiene una imbricación de los problemas jurídicos, de garantías constitucionales, de construcción de los supuestos fácticos y de estándares valorativos de la prueba que es mucho más complejo, aunque puntual, que el litigio de primera instancia. Ello obliga a jueces y litigantes preparados para debates jurídicos, para el desarrollo de propuestas de razonamiento judicial, de interpretación constitucional; en fin, claves de argumentación jurídica que hoy no forman parte de la formación tradicional del abogado. El litigio de segunda instancia tiene muchas particularidades que este libro comienza a desembrozar. Un debate entre las partes, que tiene a los jueces atentos a intervenir mediante preguntas o exigencias de precisión.