Existe actualmente un conjunto de ciudadanos privados de su libertad en forma coercitiva cuyo volumen resulta absolutamente desconocido. La condición jurídica de estas personas encerradas es completamente peculiar. No se encuentran cumpliendo una pena privativa de la libertad ni una medida cautelar de privación de la libertad en el marco de un proceso penal. Experimentan una “medida de seguridad curativa” regulada desde 1922. No han sido etiquetados por el dispositivo penal como “delincuentes” ni han sido etiquetados por el dispositivo de salud mental como “locos”, configuran una subjetividad hibrida, son “locos” y “delincuentes” al mismo tiempo, son “locos-delincuentes”. Entre el manicomio y la prisión se construye un espacio de encierro que se puede volver, efectivamente, perpetuo. Este libro pretende contribuir a la comprensión de las condiciones que hacen posible esta cruda realidad en nuestro presente. Su tema central es el nacimiento de la intersección entre la locura y el crimen, entre el dispositivo alienista/psiquiátrico y el dispositivo penal durante el siglo XIX, más precisamente entre los años 1820 y 1890. Al indagar el pasado remoto del nacimiento de la intersección entre dos dispositivos vinculados respectivamente a la locura y el crimen, el autor busca brindar herramientas para pensar y actuar críticamente en su presente.